jueves, 30 de junio de 2022

Si se cierran puertas, se abren ventanas.

¿Alguna vez os ha pasado que sois plenamente conscientes de que se termina un ciclo? El espectro es realmente grande así que imagino que conocéis la sensación de que algo se ha acabado, quizá un trabajo, una relación, incluso unas vacaciones.

Desde que era adolescente he sentido y por lo tanto, vivido, muy intensamente todos los fin de... fuera lo que fuera.

Con la sensación de que los puntos y aparte siempre traen algo bueno, con el pensamiento de que tras la tormenta viene la calma o que en algún momento terminará también esa calma y empezará la tormenta.

Me parece que pasamos la vida despidiendonos de personas y situaciones, incluso (si eres muy materialista) de las cosas.

A veces quienes me conocen dicen que soy negativa. Yo creo que tenemos una visión muy diferente de lo que eso significa.

¿Como voy a ser negativa si cada mañana me levanto pensando que todo va ir bien? ¿Cómo voya  ser negativa si cuando vienen los problemas mi cabeza automáticamente se pone a maquinar soluciones por muy descabelladas que sean? ¿Como voy a ser negativa si veo cada cosa buena que hay en mi vida aunque tenga otras muchas malas acechando?

Hace muchos años que doy clase; a veces mis alumnos están unos meses y pasan por mi vida sin apenas dejar rastro, en otras ocasiones, los tratas un curso entero y aquí piensas que, con suerte, quizá algo de ti habrá calado en ellos. 

Cuando alguno ha estado años y no solo le he enseñado a resolver sistemas de ecuaciones y las leyes de los gases, sino que hemos compartido risas, me han contado los amoríos adolescentes, las peleas con sus amigas, los castigos de los padres... cuando les has visto más que a tu madre, has pasado cumpleaños, has echado horas estudiando para el examen que se resistía, les has animado, les has ayudado a elegir asignaturas... te das cuenta de que ya les has cogido demasiado cariño.

Me encanta dar clase, lo confieso y hasta voy a atreverme a decir que soy buena en ello, que a veces soy capaz de sacar de esas cabezas adolescentes algo más que aburrimiento y su deseo de terminar la clase para volver a coger el móvil.

Normalmente te ponen la cabeza loca y te dejan cogiendo moscas porque, lo cierto es que cada vez me siento más lejos de las nuevas generaciones y hay días que estoy deseando que acabe la clase y descansar la cabeza.

Trato de ser una persona fuerte, como todo lo siento tan intensamente - sí, ya sabéis que soy Pas - me hago la dura y me trago las ñoñerías para no sufrir de más.

Pero hoy, solo hoy, voy a permitirme ablandarme y sentir la marcha del último alumno de lo que ha sido para mí una generación, un grupo inigualable, unos chavales que me cambiaron y que también me enseñaron mucho, que compartieron conmigo sus problemas, sus amores, sus risas y que cuando te ven en la calle no miran para otro lado como si no te conocieran.

El pequeño de todo ese grupo acaba de terminar la educación secundaría obligatoria y también debe  volar, buscar su camino, su realidad... solo espero que en algunos momentos de su vida se acuerden de mí, de lo pesada que fuí dándoles charlas sobre ser mejores personas y más cultos o por otra cosa, pero que se acuerden.

Toca cerrar esta puerta y abrir unas cuantas ventanas...

6 comentarios:

  1. Mi sueño no cumplido : ser maestro y muy interesante el artículo que denota una sensibilidad muy especial - me subscribo ...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bienvenido a este espacio donde hablo de todo cuanto se me ocurre, reseño libros o cine y escribo poesías y relatos, un poco de todo. No desistas de tus sueños. Muchas gracias

      Eliminar
  2. Pura vida y mucha sensibilidad. Ya sabes qué eres única.

    ResponderEliminar
  3. Esos fines de... Son la vida, igual que los principios y hay que disfrutarlos todos.

    ResponderEliminar