lunes, 7 de diciembre de 2020

Cuarentena. Reseña del libro. David Costa Doñate.

¿Alguna vez habéis deseado algo con tantas ganas que os ha hecho luchar con todas vuestras fuerzas para conseguirlo?

David Costa Doñate lo ha hecho infinidad de veces y así lo cuenta en su libro Cuarentena; publicado con la editorial Círculo Rojo en este peculiar año 2020.

Cuarentena es una autobiografía del autor, donde abre su corazón y su alma y comparte con quienes le quiera leer, sus vivencias desde muy temprana edad hasta el momento presente.

En un gesto de valentía y sinceridad, habla de él mismo y de algunas personas de su entorno. 
Sin perder la buena educación y el respeto, da su sitio a cada uno de ellos y expresa lo bueno y menos bueno que le han aportado a su existencia.

Quien lea su libro, podrá darse cuenta enseguida de que el autor es un hombre que se ha hecho a si mismo y aunque en muchas ocasiones ha tenido la suerte de recibir ayuda, es un luchador incansable, que en un momento duro de su vida supo darle un giro a tiempo para convertirse en una admirable persona.

Tras unos comienzos nada fáciles, David cuenta como se apartó un poco del camino recto en una etapa de su juventud y también la forma en que, con empeño, logró reconducir su vida.
Una llena de aficiones que describe según vamos leyendo capítulos y que hacen que conozcamos mejor al protagonista de Cuarentena.

Es un libro que se lee fácilmente, pues te invita a seguir descubriendo más sobre sus vivencias; igualmente es alentador si no estás pasando por uno de los mejores momentos, pues te ayuda a seguir levantándote cada día pase lo que pase a tu alrededor y no deja de animarte para que no te rindas.

Sin hacer demasiado spoiler para no estropear su contenido, puedo contar que el libro está lleno de fuerza de voluntad, motivación y superación; sobre todo la superación personal.
David demuestra en sus letras que la fuerza mental es, en los momentos más complicados, muy importante, porque sin ella quizá nos rendiríamos demasiado pronto ante las adversidades.

En sus palabras no dejamos de sentir su agradecimiento a todos los que están o han estado con él en su vida, el cariño que les profesa y el convencimiento de que la vida sería mucho mejor si todos tuviéramos buenos sentimientos y más capacidad de ayudar y amar al resto de seres humanos.

La enseñanza de esta obra es claramente que no hay que darse por vencido, que debemos esforzarnos por lo que queremos y que los sueños se pueden cumplir si vamos con fe y mucho trabajo a por ellos.

¿Y tú, has leído la novela de David? 

lunes, 9 de noviembre de 2020

La memoria de los peces

¿Has escuchado alguna vez que la memoria de los peces es pequeña, insignificante, ínfima del todo?

Estuve investigando y la creencia popular es de que dura unos treinta segundos, sin embargo algunos estudios revelaban que podía durar hasta unos doce días; ¿la verdad? Vaya chasco.

En la casa tenemos varios  acuarios, pero no soy yo quien se hace cargo de este menester, es decir, sé lo justito y en lenguaje de andar por casa, peces de agua fría, peces de agua caliente, peces de agua salada (que me perdonen los expertos por mi bajo nivel de conocimiento).

Siempre había escuchado que hay que tener cuidado con la cantidad de comida que se les echa en el acuario porque comen hasta que revientan y yo había dado por supuesto que era porque no recordaban haber comido antes, que lo de la memoria de pez duraba unos pocos segundos y afectaba entre otras cosas a este tipo de comportamiento.

Si lo piensas es bastante triste, recuerdo haber visto una película una vez donde un personaje había tenido un accidente o algún tipo de problema médico que hacía que la memoria solo le durara unos pocos segundos o minutos si acaso; el caso es que adoraba ver anuncios, era lo único que duraba tan poco que podía seguir el hilo sin perderse. Se me quedó grabado, no sé a santo de qué lo recuerdo.

Lo cierto es que en la vida suceden tantas cosas, buenas, malas, regulares, que algunas querríamos recordarlas claramente para siempre y otras sería mejor olvidarlas como si nunca hubieran sucedido.

¿No os habéis planteado nunca le hecho de poder borrar recuerdos? Sí pudieran hacernos hipnosis o alguna otra terapia y hacer desaparecer recuerdos o incluso toda la memoria?

¿Valdría la pena dejar de recordar sucesos malos y tener paz en ese sentido a cambio de perder también todos los buenos?

Me hace pensar que no sería capaz y que por muy mal que me encuentre o deprimida que me sienta o desgraciada si llega el caso, no hay nada tan malo que quiera hacerme deshacer de todas las cosas buenas, de todos los preciosos momentos vividos, de las risas, del cariño, de la felicidad que he sentido en tantas ocasiones.

Quizá la vida no es especialmente fácil y no siempre parece feliz o buena, pero creo que cada día hay algo bueno que valorar y que hace que haya valido la pena vivirlo.



 

lunes, 12 de octubre de 2020

Hace demasiado tiempo...

Hace demasiado tiempo que no leo, 
que no escribo; 
demasiado tiempo que no sé lo que es teclear sentimientos y pasiones, 
dudas e inseguridades, 
miedos y decepciones, 
alegrías y amarguras.

Por eso siento que me pierdo. 
Aunque si echo la vista atrás,
no soy capaz de recordar 
cuando he sido yo y no las circunstancias,
cuando me he sentido feliz de verdad 
y no ese paripé de dejarme llevar por la corriente 
que es la vida y los días,
las personas y las vivencias que llegan 
y que deciden por ti si no te paras a echarles cuenta 
y ser consciente de que no eres tú quien está viviendo.

Hace tanto que tengo la sensación de que solo sobrevivo... 
como si en el fondo 
supiera que un día tengo que coger el toro por los cuernos 
y cambiar mi vida;
pero no lo hago y no me libero 
y por eso no vivo 
y simplemente dejo que pasen los días 
como si alguna vez, 
por obra y gracia del espíritu santo, 
o como cosa de magia, 
todo pudiera dar un cambio 
y me sintiera, por fin, 
feliz desde por la mañana al despertar 
hasta que me acostara.

Seguramente toda la vida he tenido miedo.
Pero no de ese que se viene y se va 
según la circunstancia, 
sino verdadero y puro miedo. 
Un miedo desmesurado y casi paralizante 
que me ha impedido hacer demasiadas cosas.

Miedo a pasarlo mal,  
a que las acciones y omisiones de las personas que quiero 
o que no quiero me duelan demasiado 
y el daño sea insoportable, 
miedo a mi propia ansiedad 
que me resulta casi insodomizable.

Miedo por mil razones más,
pero sobre todo,
miedo al miedo.