Y ahora ¿qué quieres que haga yo cuando vaya a la cocina y no te vea en tu jaula, cuando ya ni siquiera esté tu jaula?
¿Qué quieres que haga yo cuando no me des los buenos días y yo te trate como a un niño pequeño como si fuera tu mamá?
¿Qué quieres que haga yo cuando no te vea dormir durante el día con lo bonito que estabas acurrucadito?
¿Qué quieres que haga yo cuando no acerques tu naricita a los barrotes de tu jaula para saludarme?
¿Qué quieres que haga yo cuando corte frutas o verduras y me quede con ellas en la mano porque tú ya no vas a disfrutar de tu ración?
¿Qué quieres que haga yo con la comida que ha quedado abandonada en la bolsa y la barrita de cereales y miel que te compré la ultima vez que estuve en Madrid?
¿Qué quieres que hago yo con la que dejaste a medias en jaula y que no te dio tiempo a comer entera?
¿Qué quieres que haga yo cuando me acuerde de lo suave que eras y lo limpio que tenías siempre el pelo cuando te acariciaba, si ya no voy a poder volver a hacerlo?
¿Qué quieres que haga yo si ya no voy a escuchar tu ii iii iii cuando iba a cogerte o cuando me veías después de unos días fuera o simplemente cuando a ti te parecía hacerlo?
¿Qué quiere que haga yo con esa sensación al levantarme esta mañana y ver que estabas acostadito ahí, sin moverte y sin hacerme caso cuando te he llamado y al tocarte te he sentido tan frío, cuando tú siempre dabas tanto calor?
Y ahora ¿Qué quieres que haga yo? Si ya no voy a sonreír cuando te veía entretenido mordiendo los barrotes de tu casa con eso dientes pequeñitos y amarillos.
Y ahora ¿Qué quieres que haga yo? Si ya no vas a coger el quesito que te daba, con esas pequeñas manitas, casi como si fueras una persona.
Y ¿Qué quieres que haga yo si ya no vas a cerrar los ojitos al verme y acurrucarte para que te acariciara esas orejitas, y el lomo y las patas? Con lo feliz que te hacía a ti y a mí aunque me costara reconocer que se puede querer tanto a una mascota.
Y ¿qué hago ahora yo si no voy a verte tapar la puerta y la ventana de tu casita con papel porque tenías frío en invierno?
Y ¿qué hago yo si no vas a roer más papel, ni a quedarte dormido en cualquier sitio, si no vas a buscar el sol para colocarte allí, si no vas a sacar la cabecita para cotillear quien ha entrado en la cocina, si no vas a salir para ver si te dan algo rico de comer o a acariciarte como tanto te gustaba, si no vas a volver a pegar esos saltos para subirte de un piso a otro en vez de usar las escaleras?
¿Qué hago yo sin volver a tocar esas patas y esas orejas y ese cuello y sentir ese calor que dabas y ese amor al perseguir mi mano cuando te limpiaba la casa?
Y ¿qué hago yo sin ver esos pequeños ojitos negros que me miraban cuando me acercaba?
Mi pequeño, ojalá te hubiese visto dormir, despedirme, darte cariño, no dejarte solo... descansa donde estés. A nosotras lo que nos quedará, será tu arcoíris.
Ohhhh, pero ohhh :(
ResponderEliminar¿Qué ha pasado?
Jo... desde luego si es real, lo siento, y si no lo es, me has transmitido tristeza igualmente.
POr lo que intuyo... un abrazo hacia el cielo.
Besos.
Es una historia real, más que historia un sentimiento. A lo mejor parece una chorrada pero una pérdida es una pérdida y aunque no sea de una persona, se quiere a cualquier ser vivo que cuidas. Un abrazo y me alegra verte otra vez en marcha por aquí
EliminarLo mismo que el comentario anterior, ojalá no sea verdad, y si lo es, lo siento mucho Sara, lamento la pérdida de tu mascota.
ResponderEliminarMuchas gracias Raude, es totalmente sincero, mi mascota se fue y al menos he querido hacerle este pequeño homenaje. Un saludo
EliminarQue buen homenaje. Me ha gustado mucho esta manera de despedirte de él. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias y un abrazo para ti
Eliminar¿Era una ratita o un hámster verdad? Yo tuve dos ratitas hace tiempo y eran muy listas y cariñosas y de repente un día nos encontramos a uno bien tieso sujetando una pipa (incluso dentro de la muerte siempre hay algunas risas) y con cara feliz. Días más tarde el otro se murió de soledad.
ResponderEliminarEran muy majos. Yo soy de los cojines que lloro más por la pérdida de mis mascotas que por la pérdida de mucha gente.
Bestios y ánimo Sarita
Hola mi querido Mini Fu, era un pequeño roedorcillo lleno de amor jeje más bueno que todas las cosas.Casi opino como tú aunque la gente se nos eche encima, a veces se quiere más a las mascotas que a la gente. Un besazo
EliminarHola Sara, aquí estoy, sorprendida por el homenaje a tu mascota y uniéndome a él. Intuyo que sería una cobaya o un conejito, pero da igual, se les quiere mucho y luego se nota su ausencia.
ResponderEliminarYo adopté a dos gatitos, a los que ya conoces por mi blog. Me los comería a besos.
Sé lo extenso que es el Derecho Mercantil y el Derecho del Trabajo y Seguridad Social, jajaja. Han pasado muchos años de aquello, pero hay cosas que no se olvidan.
Como soy muy nueva me pierdo por las redes, pero a partir de ahora voy a poner una señal en tu "puerta" para volver a visitarte.
Ánimo, Sara, piensa en la suerte que has tenido de poder disfrutar de tu mascota durante un tiempo. Haz el duelo y, cuando estés preparada, busca otra y regálale tu cariño y tus cuidados.
Y con el Derecho ¿qué voy a decirte? que estudies y que sigas adelante.
Nos une el amor por los animales,el Derecho,el blog personal y seguramente muchas cosas más.
Un abrazo muy fuerte.
Me encantará que vuelvas por aquí cuando te apetezca, hay post cada lunes así que no tienes pérdida; también me pasaré por tu rinconcito :) como dices, tenemos varias cosas en común y nos iremos leyendo para verlas. Un abrazo y muchas gracias
EliminarHola Sara,
ResponderEliminarSiento la pérdida. Espero que allá dónde quiera que esté siga viéndote y alegrandose. Yo, tengo un pastor alemán y si me faltara, no se que haría. Un abrazo a la distancia.
Muchas gracias amiga, espero que esté mucho tiempo a tu lado. me encanta esa raza de perro, Un abrazo
EliminarHola! Me ha conmovido mucho tu post, porque yo tengo una cobayita y soy consciente de lo mucho que se puede querer a un animalito tan pequeño. A veces las pérdidas son duras, aunque la gente no lo entienda, las mascotas nos llenan de amor y cuando no están se nos queda un vacío enorme. Ánimo, los momentos junto a ellos nunca se olvidan. <3
ResponderEliminarHola Melissa, lo primero es darte las gracias por pasarte por la Roca y comentar el post.
EliminarMe alegra que te ha llegado, escribir para mí es desahogarse y expresar todo lo que necesitas que salga del interior; si emociona a alguien es maravilloso.
Hace unas dos semanas que mi pequeñajo no está y aún miro el lugar donde estaba su casa y siento tristeza, es normal, cosas del día a día me recuerdan que no está cerca pero andará por ahí, feliz y sabrá que le echo de menos.
Hasta pronto y un abrazo
Parece mentira que la falta de un animal pueda dolernos tanto. Yo ya no me imagino la vida sin mi gatita.
ResponderEliminarSiento mucho que tu pequeño ya no esté.
Un abrazo.
Muchísimas gracias por tus palabras. Todavía se me hace raro no verle pero estoy feliz por haberle dado una buena casa y una familia que le adoraba. Esos pequeñajos son para quererlos, desde luego. Un abrazo
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