lunes, 24 de abril de 2017

Pensaba que no te volvería a ver

"Esas fueron las últimas palabras que me dije en mi mente antes de que partieras, hacia el otro lado.

Desde aquel día que no andabas junto a mí, al llegar a casa ya no notaba tu presencia, no me acompañabas en las siestas de esas tardes de manta que tanto frío hacia y nos dábamos calor el uno al otro, tú en mis corvas y yo rodeándote con mis piernas o cuando te sentabas frente a la chimenea a esperar que la encendiera porque te gustaba contemplar el baile de las llamas y cuando me esperabas asomándote por la ventana a que llegara de trabajar; aún esta el hueco en el sofá hecho por el peso de tu cuerpo".

Estos fueron algunos de los recuerdos que le quedaron a Silvia de un fiel amigo, no era muy amistoso, normal, parecía un tigre de lo grande que era y con esas rayas que cubrían todo su cuerpo, pero se hacia querer con los guantazos que te daba y sus mordisquitos cuando algo no le gustaba o lo habías mosqueado aunque dentro de tan gran fiera era el trozo de pan que solo entendían sus padres.
Por que al final sea de una especie u otra todos estamos destinados a querernos y un felino por muy arisco que sea con el ajeno a los suyos, los amará por encima de todo.

"Aún recuerdo cunado la casa de noche se quedaba fría, como venía con mucho tacto a meterse bajo las sábanas buscando el calorcito, podías tener la cama hecha que allí de todos modos veías la silueta del rosquito hecho bajo el edredón.

Ya no escucho el ronroneo que tanta paz me daba y busco por algún lugar algo tuyo, esa forma de amasar el sitio antes de ponerte cómodo, que no era cosa de unos segundos y después no podía moverme para que no me enfilaras con tu mirada.

Ahora te podré tener un poco más cerca aunque no pueda sentirte, porque siempre estarás en nuestros corazones".

lunes, 17 de abril de 2017

¿Sí o no?

Me gustan mucho las series, los libros y las películas de género fantástico, desde magia, vampiros hasta cualquier otro tipo de ser curioso, mitológico o más recientemente inventado, que tenga poderes o características sobrehumanas o que sea inmortal. 

A menudo pienso que me meto tanto en ellos y los vivo de tal manera y con tanta intensidad, que me gustaría que fueran reales, que alguna de esas peculiaridades fuera de verdad como vivir eternamente.

Y luego te das cuenta de que tienes más de treinta años y la vida pasa. No has hecho ni la mitad de cosas que soñabas hacer, ni las que simplemente dabas por hecho que harías.
Sí, con treinta y pocos soy joven, pero siento que los días se van y el tiempo no se recupera, es lo único que pasa y no tiene vuelta atrás.

La cuestión es que nos pasamos la vida haciendo lo que está bien, lo que se espera que hagamos, lo que se debe, lo que la sociedad ha establecido y te han enseñado los mayores que se haga y sinceramente a veces si lo piensas es un asco.

Somos personas intolerantes, intransigentes, llenas de prejuicios, cada vez más impacientes y amargadas. Nos levantamos, seguimos la rutina de trabajo o estudios, parejas, casa, hijos, perro y vacaciones a la playa.

Pero y ¿qué más? Y si me parece poco o aburrido o demasiado programado para que una sociedad funcione como en cualquiera de las distopías tan de moda hora tipo Divergente o Los juegos del hambre. No quiero que me digan lo que tengo que hacer ni que me controlen. ¿Quién de nosotros es dios para juzgar? ¿Quien se ha proclamado sabio absoluto y conocedor de una única y valida verdad?

Lo que estaba pensando es que no atendemos a nuestros deseos, vivimos queriendo y ansiando lo que nos dicen los demás, para lo que nos han programado, según la manera que han diseñado para nosotros.

Y me pregunto... si me quiero comer un bocadillo de salchichón porque amo el salchichón, me encanta, me hace sonreír, lo saboreo y lo siento por todo mi cuerpo hasta la digestión, ¿Por qué tengo que pararme a pensar si está mal que lo haga porque tendrá grasa saturadas que aumentarán mi colesterol, exceso de sal y conservantes, me causará una difícil digestión para la poca proteína animal que me aportará y algunos otros perjuicios en lo que no me voy a entretener? Si a mi me hace feliz merendar un buenisimo bocata de salchichón y ahora ya no sé si me compensa o no hacerlo. ¿Qué es más importante, mi salud a largo plazo o mi momentánea felicidad con efectos perjudiciales en algún tiempo?

Imaginemos que tengo una amiga desde hace algún tiempo, me apetece escribirle, no, mejor aún mandarle un audio, no, mejor aún llamarla para charlar, que me cuente, contarle yo y disfrutar de ese tiempo con alguien que quiero porque me ha parecido que es lo normal. 
Y entonces pienso ¿Por qué la tengo yo que llamar? ¿Por qué no me llama ella o me escribe si quiera, si la última vez la hablé yo y además ella fue la última en escribir mensaje y no se despidio ni nada? Pues paso de ella, ya no la llamo, yo también tengo dignidad, ¿Por qué voy a ir a arrastrarme? Si quiere algo de mi pues que me busque, ¿no? Que también me demuestre que le importo, estoy harta de ser siempre yo la pringada, si no da ella es que no le apetece saber de mi ni quedar conmigo... 

Pero con todo eso sigues queriendo hablar con ella y tienes que pensar si te importa más tu felicidad al ver que cuando tú le hablas contesta, aunque tienes esa sensación interior de rebajarte... o conservar tu supuesto orgullo y dignidad -que no sé hasta que punto también puede provocar felicidad- pero quedarte sin saber de la amiga a quien tanto te apetecía ver o llamar.

Quizá es el efecto de la alergia primaveral que está empezando a incomodarme o el exceso de desasosiego interior al que me enfrento los últimos tiempos. El caso es que si solo voy a tener una vida y por edad ya he gastado al menos un tercio de ella, quiero aprovechar el tiempo, mis ganas, las circunstancias y encontrar un equilibrio de buena vida sana física y mental.

lunes, 10 de abril de 2017

Addenda

Dicen que la depresión es exceso de pasado y que el exceso de futuro es la ansiedad. Pues yo creo que recordar el pasado a veces me provoca ansiedad y pensar en el futuro me deprime.

Lo confieso, sí, estoy moñas, la melancolía se ha apoderado hoy de mí y solo por este día voy a dejarla estar, pero no puedo permitirle anidar así que mañana mismo tendrá que marcharse.

Soy una persona sentimental, quienes me leéis desde hace tiempo lo sabéis, incluso podríamos decir que extremadamente sensible, no lo puedo remediar y como alguna que otra que yo me sé, también admito que - no lo soy, ojo - me pongo intensa.

Estaba pensando que en realidad somos tanto lo que nos rodea, lo que vivimos, lo que elegimos, lo que nos pasa o no nos pasa que al menos la mitad de nuestro "yo" no es innato.
La familia nos modela y luego las parejas nos cambian, los amigos nos cambian, lo hacen los libros que leemos, las películas que vemos y hasta la música que otros cantan.

Todo esto viene a que ahora mismo me pasa algo en la vida que me emociona, me hace feliz, es una cosa que quería desde hace siglos y no soy capaz de disfrutarlo como debiera. 
Le he dado vueltas a si es porque me da miedo, porque soy una perfeccionista obsesiva y me preocupa lo que se escapa a mi mano, si es porque tenía una época más triste y no era capaz de asimilarlo...

Creo que al final es un poco por todas esa cosas pero quizá también porque la circunstancia me recuerda a alguien del pasado, a quien se marchó y luego yo tuve que decir adiós para superarla y ahora inevitablemente vuelve de su exilio por una circunstancia puntual, pero que me duele.
Y me duele porque fue una parte fundamental y no sé si lo que me pasa es que me molesta que una cosa feliz me la estropee porque me la recuerda o que no está para decirle: gracias.

Me da que la verdad es las dos, así que solo puedo decirle desde aquí, aunque nunca lo sabrá porque no lo leerá, que estoy muy agradecida por lo que me aportó, por lo que me enseñó, por cuanto creo que me quiso, pero que ahora esto que pasa es para mí, es mi vida, lo he hecho yo y es hora de volver a cerrar y decir de nuevo, adiós.




lunes, 3 de abril de 2017

Exposición "Intra mundum"

Este sábado día 8 de abril y hasta el 27 del mismo mes, la artista Piper inaugurará nueva exposición en el Campo de Gibraltar.

En esta ocasión podremos ver su obra en el pub La Gotera, donde la serie de cuadros Intra Mundum estará rodeada de un buen ambiente pues el pub alberga gente de todas las edades y en muchas ocasiones se puede disfrutar de música en directo, con actuaciones de cantautores y grupos en concierto.

La obra, es una serie de cuadros realizados mediante la técnica guache donde podemos ver interpretados los mundos interiores de varias personas desde la visión de la artista. 

Es una buena oportunidad para estar un rato a gusto tomando algo mientras disfrutas de esta muestra de arte que, por supuesto está a la venta por si os apetece llevaros alguno de los cuadros a casa. Os esperamos a partir de las 20.00 horas el día 8 de abril.


Podeis encontrar a la arista en:

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