lunes, 18 de abril de 2016

Gomaespuma. Tu voz

Me enteré por casualidad de que a ella le gustaba escuchar tu voz antes de dormirse, hablaba contigo y se quedaba dormida así... es normal, yo lo entiendo perfectamente.

Recuerdo como si la estuviera escuchando en este instante lo que me provocaba tu voz, tenías una de esas voces que relajan, que tranquilizan al más nervioso, que te envuelve, que te hace sonreír, que te pasarías las horas escuchando sin hablar porque te llena de esa manera que solo quien te haya escuchado sabe.

He pasado mucho tiempo al otro lado por teléfono, conocía tu manera de hablar con exactitud porque me parecía curiosa.
A veces era pausada, otras corrías y te atropellabas como una loca, a mí me hacia gracia que saltaras de una cosa a otra sin avisar y esa manía tuya de pronunciar de más las "eses" como si las "supervocalizaras" igual que con el sonido "k".

Si cierro muy fuerte los ojos parece que aún te estoy viendo. Esa forma tuya de leer lo que fuera, sobre todo tu templanza y emoción al leer poesía, tu sentimiento y candidez cuando leías mis poemas... era increíble verte llorar cuando alguno te llegaba, cuando te emocionabas, cuando no dejabas de leer aunque te cayeran irremediablemente por la cara las lágrimas. Lo sé, lo he repetido mil veces, pero es algo que tengo ahí clavado.

¿Por qué no te grabé recitándolos? hubiera llorado yo también al escucharte, al recordar como se te llenaba la boca cuando alguno te entusiasmaba especialmente y decías despacio y vocalizando efusivamente: es magnífico, enfatizando en la sílaba donde reposa el acento y la tilde en esa palabra... magnífico. Aún te oigo decirlo.

Me acuerdo de la primera vez que te escuché hablar, te llamé al móvil porque estabas preocupada, te encontrabas mal y yo sentí ese instinto protector que siempre me salió por ti y que aún te tengo aunque ya no valga nada ni pueda ponerlo en práctica -incluso en la distancia y ausencia, sobretodo porque solo me une a ti y tus cosas desconocimiento-.

Contestó al otro lado una niña de voz dulce e indefensa, insegura como si dudaras y desconfiaras de quien te estaba llamando y qué era lo que iba a pasar cuando descolgaras.
Fue una conversación rara, parecía que había miedo en tu tono y daban ganas de darte un abrazo aunque aún no te quería como llegué a quererte y por supuesto ni me imaginaba que llegaríamos a eso y después incluso a esto que ahora tenemos y que es nada.

Hace poco encontré un vídeo tuyo por casualidad, entre fotos en una carpeta del ordenador, lo vi y me harté de reír por el contenido. Cuando acabó sonreí y sentí en mi interior una gran tristeza. No lo puedo evitar, a veces todavía te echo de menos.


10 comentarios:

  1. Precioso *-* Pues no se que mas decir,me e quedado sin palabras ...

    ResponderEliminar
  2. Es bonito seguir sintiendo aunque ahora sea algo triste, con el tiempo solo quedaran las cosas buenas y llegaran otras igual de buenas, ya lo verás... un abrazo inmenso

    ResponderEliminar
  3. Q precioso Sara, reír y rememorar cosas pasadas como si vivieramos ese momento de nuevo.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí aunque ahora no quede nada de aquello, ni de ninguna otra cosa. Gracias pingüinito, un beso

      Eliminar
  4. Enhorabuena, es maravilloso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, bienvenido/a al blog, te invito a leer el resto de Gomaespuma si te ha gustado. Solo tienes que pinchar en la etiqueta Gomaespuma. Un saludo

      Eliminar
  5. Hola, buenas tardes. He leído esta tarde parte de tu blog. Me ha sorprendido, porque es un blog sentimental y de esos... no hay muchos. Me refiero a que hablas de todo lo que sientes y olvidas lo que piensas. El relato de Gomaespuma es algo así, y pasas por el odio y el cariño constantemente, combinándolos. Puedo preguntarte ¿qué crees que de verdad sientes? ¿es de verdad? Si es de verdad, ¿crees que volverá?
    Si no lo es, ¿cómo se te ocurrió?
    Gracias,
    Un saludo. Me encantó

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenos días, no suelo decir si es una historia propia o simplemente un relato inventado. Desde luego está cargado de emociones contradictorias como bien dices, lo que te puedo contar es que la protagonista quiere mucho a la receptora de la carta, pero ya no es la misma, se han hecho daño y a veces quiere que vuelva y otras sabe que es mejor que no lo haga. Siente que la echa de menos y que le hace falta como antes, pero según pasan los días la va olvidando porque la otra persona dijo que la quería pero nuestra protagonista no sabe qué creer. Prefiere quedarse con los recuerdos buenos aunque se va enterando por conocidos de que no era en realidad como creía y la va olvidando. Sabe que no volverá, al principio dudaba si quería que lo hiciera, ahora ya no lo desea. La realidad supera a la ficción siempre, es lo que puedo decirte y los escritores siempre dejamos parte de nosotros en nuestros escritos. Muchas gracias por tus palabras, te invito a seguirnos en el blog y a leernos siempre que te apetezca, también escribimos para ti. Un saludo

      Eliminar