lunes, 12 de junio de 2017

Sara

El día 9 de mayo a las 12.33 exactamente, mi amiga María estaba contándome que esa misma mañana se había enterado de que el bebé que estaba esperando iba a ser una niña y que ella y su marido la llamarían Sara y de repente y sin paños calientes me soltó: ¿Quieres ser su madrina? y puso un montón de caritas riéndose no sé si porque estaba nerviosa de decírmelo o porque se imaginaba lo nerviosa que me estaba poniendo yo al leer
sus palabras.

Me dijo que lo tenía claro desde que se había quedado embarazada y yo no podía dejar de temblar y sonreír de la emoción y del estado de shock que tenía en lo alto.

Madrina, me repetí una y otra vez. Yo nunca había pensado en serlo, ni me llamaban la atención los niños ni he tenido nunca instinto maternal, ni siquiera tengo sobrinos o peques muy allegados, cerca.

Pero sin dudarlo dije que sí. Quizá porque adoro a la madre y es mi mejor amiga y porque según lo iba meditando me di cuenta de lo que debe pensar ella de mí como para darme una responsabilidad y regalo semejante.

Ella opina igual que yo, que madrina y padrino para un hijo no debe ser cualquiera, que eso significa ser una persona importante y sobre todo presente en la vida del bebé, apoyarle, ayudarle, marcriarle un poquito jeje pero más que nada, estar.
Que siempre puedan contar contigo porque es como si fueras de verdad alguien de la familia, no un monigote que se viste guapito el día del bautizo y ya está.

Fueron pasando los meses, yo me ponía nerviosa, imaginaba como sería la pequeña y deseaba ver su cara, sus manitas, sus piececitos, sus ojos y su sonrisa. 
Su madre me mandaba las ecografías y yo me emocionaba, más de lo que hubiera pensado que sería capaz, más de lo que había creído que pudiera ser eso. Madrina, me repetía a veces cuando lo pensaba y sonreía.

No se me olvidará el momento en que la vi por primera vez, tenía tan solo unos días y estaba acostada en su cochecito. Era pequeñita y preciosa, le toqué las manitas y cuando, torpemente la cogí, me agarró un dedo; tengo una foto que lo demuestra jaja y a veces la miro y me hace sonreír. También es un poquito mi pequeña, nuestra pequeña.

Los bebés me dan miedo, que se caigan, que lloren y no sepas por qué y todas las posibilidades habidas y por haber, me da vergüenza decirles cosas para que se rían y en general no se me dan bien hasta que saben hablar y jugar, es decir, cuando llegan por lo menos a los tres años. Con Sara ha sido diferente.
Vivimos lejos y puedo verla poco, pero las veces que he tenido la oportunidad si he sentido esa cosilla de ternura y cariño que se les despierta al resto de personas y que es muy bonito, lo confieso.

El caso es que hace tan solo unos poco días la bautizamos y se me llena la boca al decir que soy su madrina y el corazón cuando su madre me dice que no podría haber tenido una madrina mejor y una tía tan genial como mi novia. Engordo diez kilos solo de pensarlo.

Ahora solo tiene unos meses pero algún día leerá lo que su madrina dijo de ella y lo que significa para mí tenerla en mi vida y que ella vaya a tenerme en la suya. Te quiero bonita, Sara, Sari, Sarita, diga lo que diga tu madre.

14 comentarios:

  1. ¿Madrina?

    Ya está :)

    Mua ja aja ja

    Besitos

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    1. Jajaja ves qué fácil? ya me tienes contenta solo con saber que has pasado por aquí. Besos para ti :)

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    2. Muajajaja ya te dije que paso, incluso voto si es interesante o no el artículo, lo que pasa que no me gusta dejar un comentario que sea muy cortito pero si te hace ilusión cada semana te diré alguna cosita, por muy chorra que sea :)

      muamua

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    3. No importa que sea corto, lo importante es saber que estás mi querido amigo achuchable ;)

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  2. Qué bonito Sara!! Ser madrina es algo muy especial, pienso exactamente igual que tú y que María!! Espero que lo disfrutes muchísimo!! Me encanta leerte aunque no suelo ponerte nada pero estoy ahí...un besote!!

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    1. Muchas gracias Ana Belén, pues anímate alguna vez, me gustará mucho leer tus comentarios. Espero que todo vaya genial, un besazo

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  3. Jejeje vamos q se te cae la babota.
    Me encantan las amistades que perduran desde pequeñis y que al crecer e ir cambiando cada uno, sigais así de unidas y además hacerte partícipe en algo tan bonito y eterno.

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    1. Un poco sí jaja ahora que no se entera ella :) somos amigas desde hace como 15 años jaja y es lo bonito, ni tiempo ni distancia ni nada y eso que al principio no me caía muy bien ;) Muchas gracias por pasarte Carol, siempre me hace mucha ilusión que comentes que todavía más años hace que nos conocemos nosotras jaja, un abrazo

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  4. Pues me alegro mucho por la noticia, ahora a disfrutar mucho de tu ahijada/tocaya y felicidades a los padres.

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  5. Felicidades guapa!
    Espero que los años que quedan por delante, los disfrutéis al máximo los niños crecen muy deprisa. Todo un honor el ser madrina. Un saludo!

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    1. Muchas gracias amiga, lo malo es estar tan lejos pero gracias a las tecnologías puedo estar más cerca de alguna manera y perderme menos cosas. Un abrazo

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